Tú me gustas total, entera y toda, 

no por el fuego de tu pelo húmedo, 
ni por tus senos de canela tibia, 

ni el pecado del ritmo de tu cadera. 


Tú me gustas total, entera y toda, 

no por tu boca tan intacta al beso, 

ni por las llamaradas de tu carne 
que se te está calcinando entre las venas. 


Tú me gustas total, entera y toda, 

no porque eres mía y no me perteneces, 

ni porque la envidia de los demás la siento 
como si se tratase de propia envidia. 


Tú me gustas total, entera y toda, 

no porque me la pase junto a ti 

bebiéndome tu aliento, ni rumiando 
los pedazos de amor que tú me tiras.

Tú me gustas total, entera y toda, 

por ese olor a carne que tú tienes; 

olor de carne de mujer que es tuyo, 
porque nadie más huele así en la tierra. 


Tú me gustas total entera y toda, 

porque ese olor es tuyo y lo encontré para mí.



Poema: César Díaz Martínez
Fotografía: Andrea Tomas Prato

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