El frío se ha olvidado de que ya no existo,
que el mar ya no llora mi nombre
y que ya no pinto nada con las hojas de otoño.
Que la noche vuelve a ser mi suspiro
y el día mi tregua,
que no necesito segundas partes,
porque me sobraron primaveras.
Limerencia.
Comentarios
Publicar un comentario