Tú, mi droga, he venido a decirte algo.

No puedes llegar, decir que te quedas y cumplirlo. Lo único que has conseguido haciendo eso es que vuelva a confiar en que la mala droga es la buena.

Y te recuerdo perfectamente.

Recuerdo tu mirada, recuerdo que pensé que desde ese momento el azul sería mi número favorito y el trece mi color. Recuerdo ese miércoles y esas promesas. Me dijiste que nunca me ibas a soltar y pensé "me dejará caer pasado mañana", pero no, aquí sigues. Te probé y al día siguiente ya tenía mono de ti.

El difícil arte de la mentira.

Todo se me hizo complicado después de ese miércoles. Me probaste tú a mí pero yo fui la que me enganché. Me di cuenta que eras una droga dura, difícil de olvidar su sabor y los síntomas me estaban matando. Te negué mil veces, no me había enganchando era imposible, solo te probé una vez y muy poco. Ya que me faltara el oxígeno me daba igual, ya me lo devolverías en caricias.

Ahora ya si que no podemos fingir que no ha pasado nada.

Ahora ya sé que si mi globo se escapa hasta Saturno tu irías a por el. Que los golpes que yo sostenía, los aguantas tú ahora por mí, para que me dejen de doler y pueda respirar tranquila. Que en cada silencio hay un secreto por contar. Que la música es solo una escusa. Que tus silencios son mis preguntas pero tu mirada las respuestas.


Porque la mala droga son tus manos.


by Eleonor Almanzor.

Comentarios

Entradas populares