Ella es orgullosa, ya me he dado cuenta hace mucho tiempo. Cuando está en compañía de las tres Jansen habla muy poco: se ve que sus chismes le aburren, pues una especie de sonrisa en los labios la delata. Yo atesoro esa sonrisa. [...] Ella tiene fantasía, alma, pasión, en fin, todas las sustancialidades, pero no reflejadas subjetivamente. [...] Aún no me he enterado de cómo se la puede conquistar. Tengo que estar tranquilo y escondido: como un soldado vigía, preparado para tirarse al suelo y pegar la oreja a la menor señal del enemigo que avanza. De hecho yo no existo para ella, no en el sentido de una relación negativa entre nosotros dos, sino en el sentido de una falta absoluta de relación. Hasta ahora no me he atrevido a hacer prueba alguna. "Verla y amarla fue una misma cosa", se dice en las novelas, y sería verdad si el amor no tuviese una dialéctica propia. ¿Pero qué se aprende en las novelas acerca del amor? Mentiras, que sirven para facilitar el trabajo del autor. [...] Desearía conocer también cuáles son sus verdaderos sentimientos. En realidad nunca ha estado enamorada, ya que su espíritu se eleva demasiado libremente, ni tampoco pertenece al grupo de esas vírgenes tan expertas en teoría que antes de tiempo caen desmayadas, por el simple hecho de pensarlo, en los brazos de un amante. Las formas de la realidad con las que se ha enfrentado no logran despertar en ella incertidumbre alguna sobre la relación entre sueño y realidad. Su alma aún se alimenta de la divina ambrosía de los ideales. Pero el ideal que se le pone delante no es el de una pastorcita, o el de una heroína de novela, o el de una enamorada, sino el de una Juana de Arco o cosa parecida. 


Instagram/twitter: @EleonorAlmanzor
Texto: http://maitegarcianieto.com/diario_de_un_seductor.htm

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares